Una tarde tranquila es lo que pensaba Rocio Arteaga y su mama al salir de compras a la tienda Metro, se dirigieron a comprar unos cuantos kilos de Lima, por el trajín de caminar por un de horas, se sintieron cansadas y decidieron dirigirse al patio de comidas a descansar junto a la tranquila y concurrida pileta, donde ya hacían muchas personas alrededor de ellas.
De pronto sin esperarlo sintieron un pequeño movimiento que poco a poco comenzó a aumentar su intensidad, Rocio mantenía la calma hasta el momento, pero al ver que toda las personas que estaban a su alrededor salieron espantados del establecimiento debido al Terremoto, decidió seguir a la multitud junto a su mama.
Al tratar de salir del establecimiento las cajeras les impidieron el paso a la multitud que corría desesperada y que solo pensaban en estar en un lugar seguro, debido a que el movimiento seguía, la desesperación se apodero de la mama de Rocio, asiendo que empujara a la cajera, se dirigieron al estacionamiento y vieron a una gran cantidad de personas rezando en ese momento. Las cosas empeoraron para Rocio, su mama entro en pánico por unos momentos, al detenerse el terremoto se fueron a casa sin comprar nada de la tienda y solo llevando un susto inmenso de esos momento.
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