Me encuentro a pasos del estadio Alejandro Villanueva (Matute), a ver el esperado clásico peruano Alianza Lima - Universitario, me dirijo con la gran multitud de personas a la entrada del estadio, un vendedor se acerca y me dice: "Tengo camisetas amigo llévate una", no le hago el menor caso y sigo mi camino. Al avanzar la cola, me percato que en la entrada los policías revisan a quienes ingresan. Al pasar la seguridad veo el campo verde, a los jugadores calentar y esperando a gritar un gol de mí equipo. Muchas personas comienzan a ingresar y buscando el mejor sitio para ver el gol blanquiazul, algunos con pareja, con hijos o grupos de amigos. Decidí sentarme arriba de los jugadores para ver como el entrenador da sus instrucciones y haber si estoy de acuerdo con él.
El árbitro da el pitazo inicial y la gran multitud al rededor mío comienza a gritar y diciendo, ¡HOY GANAMOS ALIANZA, VAMOS CON TODO! .Un ida y vuelta en el juego por momentos aceleraba los corazones de los hinchas al ver que el ataque del su equipo no funcionaba y en otras que el arquero impedía el gol, diciendo "De la que nos salvamos". Al pasar los minutos la multitud empieza a angustiarse y ve que no se abre el marcador, desesperados comienzan a gritar reclamando un gol.
"El Comando Svr" inicia con los canticos tratando de animar a su equipo, por su parte "La Trinchera Norte" responde los canticos, produciendo una batalla verbal entre ambos bandos, asiendo que se viva un verdadero clásico. Pero el gol no llegaba, hasta que de pronto un ataque de alianza por el jugador Junior Viza hace que la multitud se ponga de pie a esperar como resuelve el jugador. Viza sigue avanzando hasta que lo hacen caer dentro del área, el árbitro hace sonar su silbato y la algarabía remece el estadio, "El comando svr" explota de alegría y "La trinchera norte" calla por unos segundos al no creer lo que ha pasado. El pitazo del árbitro solo puede significar una cosa, penal para alianza y la posibilidad de quedarse con el triunfo.
Minuto 75, los hinchas blanquiazules nerviosos y a la vez contentos, Henry Quinteros, el capitán de alianza coloca la pelota en el punto penal para ejecutarlo, toma distancia, mira al arquero, baja la mirada, el árbitro hace sonar el silbato, patea y... el arquero de universitario, Raúl Fernández ataja el penal, la alegría de "La trinchera norte" no se hace esperar y los hinchas blanquiazules no lo pueden creer. El partido sigue, y los intentos fallados de ambos equipos por meter el gol hacen impacientar al público, el árbitro ve su reloj, hace sonar su silbato y declara el final del partido.
Al pasar los minutos el estadio va quedando vacio, y los hinchas se retiran algo molestos, sabían que estuvieron cerca del triunfo pero no lo consiguieron. Afuera las personas se retiran en todas las direcciones con el amargo sabor del empate (0 – 0).
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