Una impotencia absoluta al verlos sentados, con la mirada triste, y confundidos con lo que ha pasado, solo esperan a mamá y a papá a que vengan y darles un fuerte abrazo, diciéndoles que todo estará bien. Quien les dirá que mamá y papá tal vez no lleguen nunca más, como les explicaran que no los volverán a ver, que al despedirse de ellos en la entrada de la escuela, iba ser la última vez que los verían.

Los periodistas fueron impedidos a entrar a la escuela ubicada en la ciudad de Ishinomaki para tratar de hablar con ellos, los menores se encuentran entre las edades de ocho y doce años. Esta medida fue tomada para no provocarles un trauma y darles esperanzas que sus padres están en camino.
Dicen que la fé es lo último que se pierde, pero los niños no saben que el número de desaparecidos en la zona es de 163.000, asiendo aun mas difícil hallar a sus padres.
El profesor, Masami Hoshi, aseguro que los padres de aquellos niños pudieron haber desaparecido, al tratar de buscar a sus hijos a la escuela el día del tsunami.
“Los más jóvenes se habían ido con sus padres un poco más temprano”, manifestó. Los niños aun con algo de esperanza, esperan pacientemente hasta que alguien los venga a recoger. Pero lo más triste será que algunos de ellos tal vez no los recojan sus mismos padres, y lo primero que se preguntaran es: ¿Dónde está mamá y papá?
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